martes, 28 de agosto de 2007

en México

ya regresé, sentí mi casa sola, grande, sentí que me envolvía en su soledad, en su madera... vi mi casa de diferente manera, sin un futuro lleno de ilusiones, sin recuerdos de sueños, vi esa casa y sentí cómo respiraba, cómo se movía al mismo tiempo que se movía mi pecho al respirar, sentí que esa soledad de mi casa se unía al nudo en mi garganta, lo interrumpía de su salida, sentí que sus puertas y paredes me empujaban a un revoloteo de imágenes, me hacían pensar en segundos lo que había pasado en meses, y mi cuerpo quería salirse de si, quería romper con ese nudo, y gritar, reir, llorar... pero nada pasó, simplemente un silencio.... un no sé.....

2 comentarios:

Ale Morando dijo...

sip a veces el regresar a tu casa despues de un viaje padrísimo puede ser un shock jejeje pero ya te volverás a "acostumbrar" porque cada viaje te cambia un poquito

Anónimo dijo...

es que así es de grande la realidad, y el mundo, a veces que te detienes a pensar en lo chiquito que es el espacio que ocupamos como personas, entonces nos damos cuenta....
y sobre la pausa...a veces creemos que una emocion fuerte nos hará explotar, de alegría o tristeza y nomás no, nomás nada...¿por qué será?